El pádel es un deporte que actualmente está muy de moda. A pesar de ello se subestima a nivel físico y nutricional. Hay gente que piensa que no es necesario un buen entrenamiento ya que “la pista es pequeña” y “se corre poco”, pero están equivocados. Toda actividad física tiene repercusiones sobre el organismo y por ello tenemos que prepararnos bien si no queremos que estas sean negativas, como por ejemplo una lesión.
La alimentación e hidratación están estrechamente ligadas al rendimiento durante la actividad física. Que tengamos unos buenos hábitos alimentarios como son comer 5-6 veces al día, una alimentación completa y equilibrada, una correcta distribución energética y un aporte adecuado de nutrientes durante la competición, puede llegar a suponer ganar o perder un partido, ya que todas estas acciones tendrán como consecuencia que nuestros depósitos de glucógeno se mantengan repletos y evitaremos así la sensación de fatiga, hambre o debilidad muscular. Hay que destacar que es básico, y más cuando se realiza deporte, beber mínimo un litro y medio de agua al día para mantener una correcta hidratación ya que ésta también influye en el rendimiento.
El pádel es un deporte intermitente con cambios de ritmo e intensidad, donde predomina el metabolismo anaeróbico, lo que significa que la energía la obtendremos principalmente del glucógeno muscular y hepático (y no de las grasas del tejido adiposo como pasa en deportes de resistencia). A nivel nutricional tendremos que tener en cuenta que los carbohidratos jugarán un papel importante en la práctica del pádel y deberemos aportarlos en las cantidades necesarias mediante la alimentación. No hay que olvidarse de que las necesidades de proteínas también aumentarán debido al desgaste muscular y deberemos reponerlas. Todo esto que hemos comentado podemos reflejarlo en la práctica del pádel de esta manera:
- Pre-partido: aumentaremos el consumo de hidratos de carbono y beberemos agua para asegurarnos de llegar bien hidratados al partido (todo esto de 2 a 4 horas antes de iniciar el partido).
- Durante el partido: empezaremos a beber pronto sin esperar a tener sensación de sed, ya que ésta nos indica el inicio de la deshidratación. En partidos muy intensos o superiores a una hora de juego no será suficiente la hidratación con agua y tomaremos bebidas isotónicas para aportar, además de líquido: electrolitos (sodio, calcio, potasio y magnesio que se pierden a través del sudor) y glucosa para mantener el ritmo de la actividad.
- Post-partido: tomaremos alimentos ricos en hidratos de carbono y algo de proteína para reponer todas las pérdidas antes de que transcurran dos horas desde el final del partido. Respecto a los líquidos, seguiremos hidratándonos mediante bebida isotónica.
Es muy importante la recuperación y reposición post-partido para poder volver a llenar las reservas de glucógeno muscular. Durante los primeros 15-30 min se produce el “efecto ventana” donde lo que ingiramos irá principalmente a reposición muscular, así que es un momento importante en la recuperación post-partido. También lo es para la reposición de los electrolitos perdidos durante la actividad y para la reparación y mantenimiento de la masa muscular a través del aporte de proteínas.
Comentar que cada persona tiene unas necesidades y requerimientos nutricionales específicos por lo que es importante adaptar la dieta a la actividad personal y profesional de cada uno. Y recordad, una nutrición adecuada es básica para una correcta recuperación, prevención de lesiones y sobre todo para alcanzar el rendimiento óptimo en pista.